Los dos dones
Dios crea a Adán y a Eva y, cuando ya se iba, se da cuenta que en su Bolsa de Dones le quedaban todavía dos por otorgarles. Entonces se regresa y les informa:
"Hijos, me han quedado dos dones por otorgarles. El primero es poder orinar parado, ¿quién lo quiere?"
Adán, queriendo tomar ventaja (como siempre), levanta la mano exclamando:
"¡Yo, yo, por favor! Así es mejor, podría hacer donde yo quiera, hacer espumita, concursos para ver quién lo llega más lejos. ¡Está buenísimo! ¡Por favor, dámelo a mí!"
"Está bien, hijo, cálmate... ¡Concedido!"
Y Eva, sumisa y comprensiva (como siempre), se queda esperando el segundo con tal que Adán sea feliz.
Entonces, el Creador exclama:
"Y el segundo don es... ¡Tener orgasmos múltiples!"
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